Mi hijo solo pregunto, Papá, ¿Qué asignatura de clase es Latinidad y Retórica?
Yo, reí y le conteste resumiendo, es una asignatura sobre latín y gramática hijo y seguí comentándole sobre otra esquina, la esquina Curamichate le dije que antes de esos años se llamaba La Hoyada según lo que me habían comentado mis padres y lo que en algún momento había leído, le seguí diciendo que el origen de su nombre se debe a un antiguo puente que cruzaba la quebrada de Cienfuegos.
Además como caso irrelevante le mencioné que se decía que fue utilizado como vertedero de basura por los habitantes de la zona.
Según la historia escrita el puente se inauguro el 14 de agosto de 1873 por el presidente Guzmán Blanco. Se dice que el nombre proviene del desembarco de Guzmán Blanco y sus aliados para tomar el gobierno en 1870, en Curamichate, Estado Falcón.
Al estallar la Revolución de Abril. Comprende entre el grupo de puentes que fueron construidos durante 1870-1877, entre ellos el de Caño Amarillo y Curamichate al oeste, Puente de Hierro al sur y Guanábano al norte.
La historia escrita según dice que la ceremonia de inauguración tuvo como padrinos al general José Ignacio Pulido, el general Juan B. García, Diego Bautista Urbaneja, el general Miguel Gil y el coronel Andrés Ibarra. El puente con los años desapareció por los cambios incesantes que tiene cualquier ciudad en crecimiento pero quedó el nombre y la mente de cada poblador de Caracas.
Lo emotivo y lamentable de estás historias y lugares es que se decía por los lugareños que era un lugar de recreo, rodeado de pilastras coronadas de jarrones etruscos enlazados por una reja y que además ofrecía cómodos asientos para los transeúntes. El puente estaba dividido en dos partes que cortaban en un ángulo recto y servía de enlace con las calles que ahí concurren, hoy solo queda la historia.
Al contar todas estas historia lamentablemente me di cuenta que entre el pasar de los años, terremotos, demoliciones, revueltas políticas cambios de diseños por querer mejorar las fachadas de la ciudad y convulsiones de todo calibre le han cambiado tanto el rostro a la ciudad que cuesta reconocer el pasado entre sus calles y eso es un duro golpe a la historia y al recuerdo y una oportunidad para aquellos que quieran cambiar lo ocurrido en esos años.
Siguiendo con el tour familiar llegamos al coloso Parque Central con sus torres gemelas que en su momento fueron icono de América latina por tratarse de el complejo empresario habitacional mas actualizados del momento y los rasca cielos más altos no recuerdo si del continente americano o solo de sur América.
Finalizando la Av. Lecuna tome la calle las Artes hacía la Avenida Libertador, entre conversaciones dentro del carro olvide llamar a los sobrinos para amenizar el compartir y es que la reunión dentro del vehículo estaba muy amena.
De momento mire hacia al frente a la Avenida México, luego miré hacia mi lado derecho y contemplé el teatro Teresa Carreño, uno de los más importantes de América y el segundo más grande de América del Sur, también se le veía el sufrimiento del cambio y la esperanza de seguir brindando espectáculos.
Luego miré al museo de Ciencias Naturales y la Plaza de los Museos, ambos también afectados pero se le notaba un espíritu de lucha hacia el crecimiento, todo estaba ahí, era, es y sigue siendo real.
Mi esposa dice, todo se ve triste, mi hijo dice, no tengo una imagen de lo que era antes porque me fui muy pequeño pero todo se ve lóbrego, mi sobrina complementa y dice vamos a volver a crecer, ya lo verás. Por mi parte solo escucho y se me sale una sonrisa asintiendo con felicidad lo que he escuchado de ellos.
Sin darme cuenta estamos de lleno en la avenida Libertador y en el elevado que está a la altura de la Av. Libertador con la Av. Santos Erminy, siento la suspensión del vehículo cuando se posa sobre el elevado y parpadeo por lo riguroso del efecto de la suspensión, miro a ambos lados y leo a lo lejos un aviso de comida rápida muy famosa, en fracciones de segundos planifico llevarlos a comer pero entre avisos extraños para mis recuerdos, la bulla de las personas en el área más el ruido incesantes de los claxon me doy cuenta que estoy en la Av. Javier Prado a la altura de la Av. Del Aire, mi cuerpo comienza a derrumbarse de nostalgia se me viene un cumulo de emociones atrapadas en unas inmensas ganar de llorar, descubrir que todo era un sueño y al no poder contener todas las lagrimas con un nudo en la garganta se me sale una lagrima de mi ojo izquierdo, no pude quitarla rápido y está cae en el cabello de la mujer que me acompaña en todas mis locuras y emprendimientos, ella estaba tan dormida como yo, es ahí donde recuerdo que no debo llorar, debo seguir luchando, por ella, por mis hijos y por mi madre.
No puedo darme lugar para berrinches, debo llevar la frente en alto y seguir el camino.
Pero de una cosa si estoy seguro, ese sueño no era cualquier sueño, era real, estuve ahí, lo viví, lo sentí y estoy convencido que así será. Nuestra o Mi Madre, no ha perdido a sus hijos o a su hijo, ese que tuvo que salir de casa porque las cosas ya no se aguantaban para el, ella o ellos. Mi Madre tiene muchos hijos soñando con volver, esto es tan real como mi sueño de recuerdos.
Lo aseguro.
E. Fariñez.